¿Hablamos?

Cada ingrediente en un perfume cuenta una historia.

Existe un mito muy extendido en la perfumería y que, en ocasiones, además sugestiona el aroma que percibe el usuario: Solo las fragancias con precios elevados pueden ofrecer calidad y exclusividad. Por supuesto que esto no tiene por qué ser así, y con Legacy lo vais a comprobar.

Nuestros perfumes están elaborados con aceites esenciales de máxima pureza y materias primas de prestigio internacional, las mismas que emplean las casas más reconocidas del mundo. La diferencia es que hemos eliminado lo innecesario: campañas publicitarias millonarias, márgenes desproporcionados y lujos que encarecen el precio, pero no mejoran el aroma.

Con nuestros productos podrás disfrutar del auténtico lujo, y a un precio justo. No renuncies a nada.

Algunas materias primas esenciales en perfumería

Jazmín

Una de las flores más preciadas de la perfumería. Su aroma combina luz y profundidad: tiene facetas verdes, frescas, casi indólicas, que aportan sensualidad sin ser abrumadoras. El jazmín no es solo floral: es carácter, es piel, es la respiración de la noche.

Rosa

Clásica, sí, pero nunca predecible. La rosa en perfumería puede ser verde, especiada, melosa o fresca según su origen. Representa equilibrio: entre tradición y modernidad, entre fuerza y suavidad. Es el pilar sobre el que se construyen muchos de los perfumes más icónicos.

Vainilla

Más allá de lo dulce. La vainilla natural tiene matices especiados, amaderados, incluso balsámicos. Aporta redondez, calidez y persistencia. Es el toque que envuelve una composición para hacerla inolvidable, creando una sensación de confort elegante.

Sándalo

Aporta una textura aterciopelada a las fragancias, con matices lechosos y ligeramente especiados. Es el ingrediente que equilibra y da profundidad, creando perfumes que abrazan sin imponerse. Evoca calma, introspección y una elegancia atemporal que conecta lo sensorial con lo espiritual.

Bergamota

El inicio brillante de muchos perfumes. La bergamota no es solo cítrica: tiene un frescor refinado, ligeramente amargo, que da vida y elegancia a cualquier composición. Es el aire fresco que despeja y abre camino a lo que vendrá.

Pachulí

Oscuro, terroso, profundo. El pachulí aporta una dimensión casi táctil al perfume, con notas húmedas, verdes, amaderadas. Usado con moderación, da misterio y personalidad; en exceso, se convierte en protagonista absoluto.

Ámbar

Una construcción perfumística más que un material natural. El ámbar combina resinas, bálsamos y vainillas para crear una sensación cálida, envolvente, ligeramente animal. Es el calor que late al fondo de muchas fragancias orientales.

Almizcle

Otro acorde más que un ingrediente único. Los almizcles modernos son suaves, limpios, casi etéreos. Aportan fijación, redondez y ese toque de “segunda piel” que hace que un perfume se funda con quien lo lleva.

Vetiver

Amaderado, seco, ligeramente ahumado. El vetiver es sinónimo de elegancia masculina, aunque cada vez más presente en creaciones unisex. Sus notas recuerdan a raíces, a tierra, a hierba cortada al sol. Da estructura y sobriedad.

Cedro

Madera clara, limpia, que huele a lápiz recién afilado y a bosques secos. El cedro aporta verticalidad, nitidez y un carácter sutilmente masculino a las composiciones, contrastando con notas florales o cítricas.

Iris

Se obtiene del rizoma seco del Iris pallida o Iris germanica, tras un largo proceso de curado que puede durar años. Es una de las materias más nobles y costosas de la perfumería, y aporta una nota empolvada, aterciopelada y sutilmente amaderada que evoca elegancia y sofisticación.

Haba Tonka

Se extrae de las semillas del árbol Dipteryx odorata, originario de Sudamérica. Su aroma cálido, con matices de vainilla, almendra y tabaco, aporta redondez y suavidad a composiciones orientales, fougères y gourmands.